Les he visto llenar estadios con el Santo Padre en la tribuna. Después les he visto llenar estadios con gente en la tribuna que poco tienen que ver con el Santo Padre. Me es difícil encontrar una respuesta a mi pregunta en los estadios que llenan los jóvenes.
A ustedes les dicen el futuro del país, pero ustedes muestran muy poco interés para la política que es herramienta indispensable para la construcción del futuro del país. También les dicen protagonistas de vida nueva, pero para divertirse, para comunicarse, para programarse, para ganarse algo, ustedes suelen entrar dócilmente en ambientes donde no faltan viejos traficantes con los intereses de los jóvenes. También les llaman con el hermoso nombre de centinelas de la mañana. Sin embargo les veo bien acaparados por el presente y lo que es momentáneo. Hace pocos años, en un evento juvenil en Chimbote, se les decía cantera de valores, pero puede haber varios de ustedes parados en la esquina que no ayudan, ni con la mirada, al pobre diablo que a dos metros de distancia de ustedes empuja solito su carro malogrado. A ustedes les dicen generosos y capaces de heroísmo, pero en la combi el joven suele ceder su asiento a la viejita, cuando el cobrador insiste en que lo haga.
Las “chapas” bonitas para calificar la juventud son invenciones de los adultos. El número 443 del Documento de Aparecida es un precioso botón de muestra de la visión optimista e ingenua que los “presbíteros” suelen tener de los jóvenes. Quisiéramos que sean como nosotros queremos. No nos es fácil entenderles. ¿Qué buscan los jóvenes?.
Las “chapas” bonitas para calificar la juventud son invenciones de los adultos. El número 443 del Documento de Aparecida es un precioso botón de muestra de la visión optimista e ingenua que los “presbíteros” suelen tener de los jóvenes. Quisiéramos que sean como nosotros queremos. No nos es fácil entenderles. ¿Qué buscan los jóvenes?.
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