viernes, 4 de diciembre de 2009

ADVIENTO


De un leño seco hizo leña como siempre, un leñador.
¡Solo era un tronco inservible, perdido en aquel rincón…!
No importaba si fue el viento el que un día lo arrancó, si se desgajó de un árbol, si el torrente lo arrastró.
Era un pobre tronco seco que en el fuego terminó.

Junto al camino, otro leño se tropezó un sembrador.
Parece que estaba seco, pero el buen hombre pensó:
“Quizá la savia escondida corra aún por su corazón; tal vez haya una semilla germinando en su interior”.

Y empezó a regar la tierra y en lo imposible esperó, hasta que un día una planta del tronco seco brotó.

Cuando pases por las calles no vayas de leñador, ten la mirada profunda y el paso del sembrador que toma el pulso a la vida y la alienta con tesón, que en las noches del invierno no duda que saldrá
el sol, que cree que algo renace si algo muere por amor, que siempre espera en lo bueno que hay en cada corazón.

No es fácil ir por el mundo
haciendo de sembrador.
Está la tierra en sequía
y es muy dura la labor…

Pero Dios sigue apostando por la vida que creó; y Él hará que brote un día del seco tronco una flor.