sábado, 1 de enero de 2011

BAJO LA MIRADA MATERNAL DE DIOS


La mirada amorosa de la madre sobre sus hijos nos llevó a contemplar la mirada maternal de Dios sobre nosotros. Somos mirados por Él para que miremos con Él y como Él. –“El mirar de Dios es amar” (S. Juan de la Cruz).

  1. Las madres no se cansan de contemplar al pequeño o a la pequeña que ha nacido de sus entrañas. Su mirada goza durante horas de cada nuevo movimiento que se percibe en este cuerpo frágil. Los ojos amorosos de la madre encuentran eco, respuesta en esta vida nueva que vibra bajo esta mirada que anima, que felicita, que despierta confianza, que convence que vivir es hermoso. ¡Cómo penetrar en este mundo, en esta historia sin el aliento de una madre!

  1. Mientras viva la madre mantendrá la mirada sobre sus hijos. Tendrá que aprender hacerlo con discreción y guardando distancias, porque la vida que ha alumbrado, no es su propiedad; es una libertad distinta de la suya, es alguien que quiere y que debe volar con sus propias alas.

La mirada de la madre se vuelve preocupada, porque ciertas discapacidades, que ella notó desde muy temprano en su vástago, limitan y hasta desvían esta vida que nació de su seno. En silencio los ojos de la madre lloran, pero se inflaman con más amor y esperan el regreso, perdonan y son el origen de algo nuevo.

3. La mirada amorosa de la madre remite a su fuente, a Dios...



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“Y LA VERDAD LOS HARÁ LIBRES” (Jn 8,32)


1. Muchos escritores, oradores y habladores, cristianos y no cristianos, terminan una exposición afirmando: “La verdad los hará libres”. Con esto quieren decir que ellos tienen la razón y otros no. En general no se preocupan demasiado de donde vengan estas palabras, por lo que puedan significar en la Biblia, en el Evangelio de Juan y en la boca de Jesús. La frase completa de Jesús que contiene estas palabras, reza así: “Ustedes serán verdaderos discípulos míos, si perseveran en mi Palabra; entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Jn 8, 31b-32).

2. En la Biblia “la verdad” es en primer lugar una cualidad de Dios mismo; solo en él se dan verdad y fidelidad plenas. Por eso, la verdad en los seres humanos y entre ellos significa estar en comunión con Dios antes de referirse a una relación correcta entre una afirmación nuestra y la realidad. Ser verdadero significa moverse en Dios – Verdad.

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